Una chica
me enseñó
todo lo que sé
sobre mujeres.
Tenía catorce
o dieciséis,
la mañana
era fresca.
En la parada
con mis libros
un ómnibus
frenó.
Se abrió
una ventana
y la chica
sonrió.
Creí fácil
olvidar
que el colectivo
la llevó.
La chica
siguió rumbo
y la sonrisa
se quedó.
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