Siempre tuve mala leche
no aprendí a esquivar el bulto
y si venía un garrón
me lo comía yo
lo mismo que las locas
las yeguas las gatas
las turras las perras las freaks
porque las lindas buenas
nunca fueron para mí.
Si estaba fuerte
era una perra
y pagar el telo siempre yo.
Si tenía guita
estaba loca
el hecho de salir con un seco
ya lo demostraba.
Si era turra
venía de fiesta
pito matraca además el bombo
y el padre…
ese sí que no era yo.
Si era gata
tomaba merca
y ya dije que yo no tenía guita
los viernes era Plastic-cola
para cualquiera que pegaba papel.
Si era regia yegua
si estaba menos loca
que las otras
en la cena reía un montón
y vomitaba ¡taxi! después de cojer.
Y en eso estaba cuando llegaste vos
un parque lleno de atracciones
de brillitos de neón
en tus bolsillos caramelos
y un par de tickets para el túnel del amor.
¿Quién iba a decir
que vos sí eras para mí?
ni yo me lo creí
siempre anduve en tren fantasma
en samba y en castillos del terror.
Te metí el dedo en la nariz
no tomabas.
Te pinché con un alfiler
eras más buena que Quaker.
Te abrí las cachas
el culo sano.
Te hice el Eva Test
no estabas preñada.
Te invité a McDonald’s
pagaste vos.
Una prueba más quedaba:
saber si de veras me querías
cuando cansada me dijiste:
—Flaco, ¿vos estás bien?
—Sí. ¿Me querés?
—¡Vos estás en pedo! —te fuiste.
No diste tiempo a explicarte
que tengo sólo una cosa:
Mucha mucha
mala leche.
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