SE QUEMA UN COLIBRI
Mi resaca es un tatuaje desteñido
una hoguera que se apaga un delirio de insectos.
La alegría es una imagen engañosa.
Tiene luz propia esta feroz desgarradura.
Me exilan de festines al pantano del sopor y el aislamiento.
Hay un reptil que corre, un lago negro que inunda la conciencia.
¿Estoy oyendo una agonía, una elegante procesión de mariposas?
Color durazno los crepúsculos vacíos.
Se quema un colibrí entre incendios azules.
He tardado muchos años en juntar mis fragmentos.
Tan sólo quiero caer al fondo de un amor sin mesura.
Sé que mis ángeles guardianes alejan a los búhos y lechuzas.
Restalla el látigo del miedo y olvido mi nombre.
Parece en ocasiones que la realidad se desmorona.
Recuerdo la riqueza de una nube, una naranja, una piel tibia.
CENIZAS OLVIDADAS
Aún escribo con mi antigua desesperación
tristísima orfandad
y una plegaria envejecida.
Ningún calor ha sido exacto
ni ha sido suficiente.
Ninguna gloria redime esta condena
esta desgarradura esta ilusión hecha cenizas olvidadas
en la grotesca ciénaga del crimen.
Ninguna paz alivia esta demencia
que se nutre por entero de mi lucidez
como un gusano lentamente de lo que se pudre.
Ningún afecto compensa este infortunio
los estruendos más violentos proferidos por el mundo
la vileza de sus trampas la sentencia de su temporalidad
y las continuas perversiones.
No existe hogar
ni rumbo ni refugio
para quien sufre un abandono inexorable
de sus ángeles guardianes.
AKIANE KRAMARIK
Contra el ejército del mal y sus tinieblas
pinta ángeles de luz jamás acorralados.
Sus obras resplandecen como la niñez.
Expresan una fuerza sobrenatural.
Liberan llamaradas de amor.
Descubren una nueva conciencia.
Sus obras son milagros poderosos.
Princesa de la paz insobornable
hay algo puro en todo lo que irradia.
Con mucha santidad y una gracia musical
ha venido a este mundo a dejar huellas doradas.
Sus obras son paisajes encantados.
Licores benditos intensamente rojos
que colman las copas de la felicidad.
Imperios de colores en lo eterno.
Hermosa magia revelada.
SOBRE EL AUTOR:
DAMIÁN JERÓNIMO ANDREÑUK nació en City Bell en 1986 y reside en Villa Elisa, en el partido de La Plata, Argentina. Publicó once libros, todos a través de certámenes en diferentes editoriales: Omisiones (Raíz alternativa, 2010), Portales al vacío (De Los Cuatro Vientos, 2011), Formas concretas (Hespérides, 2013), Silencio de crisálidas (Literarte, 2015), Metástasis (Luz del alba, 2015), Vértigo insondable (Mis Escritos, 2017), Música del polen (Hespérides, 2021), Yamila (3K, 2021), Donde orinan los lobos (Fela, 2021), Dimensiones de lo breve (Mis Escritos, 2022) y Pelear contra la niebla (Trinando, 2023). Muchos de sus poemas han aparecido en diferentes revistas y antologías nacionales e internacionales.
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