Una destrucción muy fina
Fernando Callero
Editorial Determinado Rumor
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La editorial Determinado Rumor tiene en su catálogo este hermoso librito de poemas de Fernando Callero llamado “Una destrucción muy fina” en formato .epub que se puede bajar a la cumpu o dispositivo preferido gratuitamente, y, si te gusta el libro, recomiendan una contribución de AR$ 5 (con Mercadopago) o U$D 2 (con Paypal).
Debo decir que el título engaña un poco, porque al abordarlo esperaba una ratahíla de versos depresivos sobre lo mal que está el mundo; y, sin embargo, me encontré con unos poemas que cuentan historias encantadoras de esas que sólo se revelan a los poetas de pueblo y que la gente común no suele darse cuenta de que ocurren ahí nomás, a su alrededor. Lo hace con marcado humor ácido y versos un tanto prosaicos, pero, sin duda, efectivos. Lo recomiendo plenamente.
Acá dejo algunos poemas a modo de ejemplo, porque tampoco tiene gracia que copie todo el libro:
Llegó y se instaló la gran calor
Llegó y se instaló la gran calor
y estoy feliz por eso.
El cielo, las radios, los chicos en cuero
yendo en bici a la pileta del club suboficiales,
yo también voy.
Todo el panorama reseteado.
Las mortajas del invierno sepultadas
hasta junio en el armario.
Descarga, viejos archivos comprimidos.
Otros recién abiertos, flamantes:
mi vida.
Voy a poner un mar de fondo de pantalla.
O mejor, le voy a sacar una foto al cielo,
que es una losa celeste, sin motas
y la voy a cargar en la compu
para poder verlo todo el tiempo.
Incluso de noche.
Incluso desde un interior.
Desde las primeras horas a los pájaros
Este es un poema dedicado a esos seres nerviosos y discretos
que llevan su vida en las alturas, una dimensión que el hombre
casi no utiliza.
Hablan un lenguaje extraño.
Su velocidad de estar es otra.
Los anima una energía
que hace saltar los fotogramas.
Qué vértigo convertirme en uno,
sentirme sedoso,
redondo,
picarme un piojo y salir volando.
Dije que este era un poema para los pájaros,
pero es mentira porque ellos jamás van a leerlo.
Sigue habiendo pájaros más allá de estos versos;
cantan en mi ventana cuando me voy a dormir
Alcohol
Soledad.
Vigilancia.
Ganas de correr al río a nadar.
Ganas de escribir una novela hermosa:
“el tren que quema los pastos”
que habla de cuando el tío Francisco
servía en el coche comedor
y encontró esas joyas:
dos perlitas engarzadas en oro
envueltas de forma prolija
en una servilleta.
Después las vendió
para operarse los cálculos.
Después murió borracho
y a la tía le quedaron
de recuerdo
dos piedritas
en un frasco con alcohol.
Perfeito
Mi viejo decía perfeito, no perfecto,
y a mí me agarraba un sopor nervioso
y me quería morir. O que se muera.
Después de todo era preferible ser muerto
o huérfano
antes que tener un padre que diga “perfeito”.
Encima lo decía a cada rato
porque el término había ingresado
a la jerga comercial de la época.
Si lo acompañaba a vender bombachas
a Basavilbaso, prefería quedarme en el auto
escuchando casets, leyendo un Emecé sin tapas
de Niko Kazanzakis
antes que pasar calor en los negocios
escuchando a mi viejo cada dos por tres
decir “perfeito”.
Me sonaba brasilero y algo porno,
además de la descalificación que le acarreaba
ese error de dicción
a un hablante correcto de su lengua.
Él no había terminado el sexto grado.
A mí me apretaba el cuello una corbata
de bachiller
y a los 12 era un neurótico de la gramática
y de las oraciones.
Entiendo que mi viejo también soportaba
andar con Fray Mamerto Esquiú de acompañante,
pero así son las cosas. Mi historia.
Un viaje en break con el mate estrellándose
contra los vidrios del Renó.
Mamá que saca cuentas, papá en su paraíso
de lycra y notas de pedido.
Los hermanitos atrás
rogando que los dejen juntar de ese campito
un cachorro con sarna.
¿Cuánto suman las facturas, Ssana?
257.000 pesos.
Perfeito.
Sobre Fernando Callero
Nació en Concordia en 1971. Publicó “Ramufo Di Bihorp” (Editorial Diatriba), “El espíritu del joven Borja” (Bajo la luna), “Joya” (Chapita), y “Al rayo del sol”, que reúne su obra poética entre 1999 y 2013 (Iván Rosado), entre otros libros. También puede leérselo en varias antologías. Además es fundador de Editorial Diatriba y toca en una banda de rock-pop llamada Salvador Bachiller
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