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Las noches – Nicolás Pezal

Me complece presentarles esta nueva sección de la revista Multiversos donde a partir de hoy publicaré una serie de entrevistas que tienen por finalidad dar a conocer nuevos poemarios y sus autores. En esa ocasión entrevistamos a Nicolás Pezal, quien ha publicado recientemente una plaquette de difusión titulada Las noches.

La plaquette se compone de 9 viñetas que Pezal promete expandir en futuras publicaciones. A modo de muestra publicamos tres de ellas; un poco al azar, para tentarlos a su lectura:

2. Las noches

La siesta cuatro y media o cinco, recurso efectivo para acortar
horas de luz: despierto por segunda vez cuando ya ha oscurecido. El
samurái de Jarmusch, los ángeles de Wenders y Levrero, las
pastillas la cena, el vino. La pareja joven del edificio de al lado. Ella
se fue por unos días hace algunas semanas, regresó con el pelo
corto, y, desde entonces, limpia más seguido. La mujer de enfrente
que juega con su gato, y antes y después, fuma marihuana. La luz
violeta. El tabaco. La almohadilla el calor las almohadillas de Apolo,
que, suavemente, acarician mi barba. Y los amantes islandeses que
se encuentran en sueños: ciervos se olfatean en un bosque; ciervos
se temen en el desierto diurno; ciervos se acercan, con recelo, al
arroyo frío de un bosque nevado.

4. ¿Acaso es mi culpa que el mundo sea un lugar injusto?

Obstruyen mi horizonte por necesidad. Colocan barras de
madera en simetría, vigas de metal concreto. Hacen ruido cada día
salvo los domingos y hábiles lluviosos. Hábiles, aprovechan los
momentos de cadenas flojas para tomar mate o conversar.
Indiferentes a que en unos meses para mí la luna saldrá más tarde,
tendré menos aire, menos cielo, menos sol; indiferentes a mi
pereza, levantan paredes de hormigón. Así estamos. A los gritos uno
de ellos, buscando arena, agua o cemento. En silencio yo, buscando
sentido.

8. Nunca te hablé de los colores

que veo con los ojos cerrados. Ni de la vez que apreté con fuerza
una amatista, pregunté y respondió: ve al poeta. Nunca de la Luz, ni
de las estelas que dibujan, bajo mi frente, auroras boreales. Te
hablé de lo negro. De lo seco y frío. Pero, ¿recordás
la noche que fuimos pulpos
la tarde en el parque, vos floreada
la mañana que cruzamos el río?

 

ENTREVISTA A NICOLAS PEZAL:

Multiversos: Tu nombre, según el documento, es Nicolás López Alfonsín. ¿Qué implica la adopción de un seudónimo, en este caso, el apellido Pezal? ¿Sentís que hay que configurar ciertos parámetros biográficos antes de publicar?

Nicolás Pezal: No sé si necesariamente antes de publicar. El seudónimo responde a un juego, a la idea de escindir al tipo que va al supermercado o hace trámites de aquél otro que escribe. El concepto del “yo” es complejo, y puede abordarse desde distintas perspectivas. Pero si partimos de la hipótesis de que está compuesto, por decirlo de alguna manera, por una sumatoria de “yoes” —hipótesis que comparto—, Nicolás Pezal vendría a ser, de todos, el más cercano al “yo que escribe”. Aunque esto es especulativo, por supuesto; en la práctica esa división es imposible. Cuando camino al supermercado se me aparece un verso, ¿soy López Alfonsín o Pezal? ¿Soy otro, un tercero sin nombre? Es un juego que me gusta jugar, no mucho más.

Multiversos: Hay un texto de Borges muy conocido, “Borges y yo”, donde él plantea justamente esta idea a la que hacés referencia: El desdoblamiento del escritor. Dice Borges: “Seria exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica”. Es decir, para Borges la literatura es su justificación, para vos, ¿qué es?

Nicolás Pezal: Sí, conozco el texto; el cierre es grandioso. Volviendo a Pezal, yo no me pregunto qué es, ni intento buscarle una justificación. Pezal está; sencillamente: es. Vino sin que yo lo invitara y se quedó, junto a los otros. No puedo ser mucho más específico. Además, como te decía, para mi es un juego. Quizá quiera parecerme a él, qué se yo. Lo que sí puedo decirte es que, con sus luces y sus sombras, me cae bastante bien.

Multiversos: ¿Qué relación tenés con la lectura y su disfrute? ¿Cuáles son los lugares dónde se produce la lectura en tu vida? ¿Y la escritura?

Nicolás Pezal: Leer es un viaje maravilloso. Si hablamos de lectura de literatura —que entiendo es a lo que se refiere tu pregunta—, diría que la lectura y el placer para mi son indisociables. Yo leo por placer, y desde siempre seguí los consejos de Borges y Dylan Thomas, incluso antes de saber de su existencia: leo sólo los libros que me gustan, leo sólo los poemas que me gustan. No me obligo a la lectura de tal o cual libro o autor por motivos tales como el prestigio, la moda, o ese tipo de cuestiones. Por lo general leo acostado en la cama (lejos, el mejor lugar, la mejor posición), aunque también lo hago en el transporte público, en salas de espera, eventualmente en un café. Alguna vez leí caminando: una experiencia un tanto extraña, pero linda. La escritura la practico en mi casa, a menos que esté de viaje.

Multiversos: En tus escritos noto siempre una tendencia a la lista en general, pero a las listas numeradas en particular. Tu obra casi siempre está atravesada por listas y enumeraciones; en síntesis: veo una necesidad de ordenar, de cumplir ciertos protocolos, cierta rutina, de cumplimentar ciertos pasos. ¿Cómo se da tu proceso de escritura en este sentido? ¿Tenés un ritual a la hora de escribir?

Nicolás Pezal: No había notado lo de las listas. Releyendo “Las noches” bajo esa óptica, me parece que las listas, que están presentes en varios textos, tienden a dar cuenta del contexto de manera arbitraria, señando lo que hay, pero sin la pretención de establecer un orden. Distinto es el caso de “Las olas”, donde la descripción por momentos está más desarrollada, o el de “¿Acaso es mi culpa que el mundo sea un lugar injusto?”, donde la breve enumeración indica las pérdidas futuras. Pero, como te decía, en general no encuentro una tendencia al orden.

En relación a mi proceso de escritura, tengo un método que me funciona. Desde hace un tiempo, me obligo a escribir al menos una hora, cinco veces por semana, durante un mes, que puede ser cualquier mes. De ese proceso, siempre cosecho algo. Luego viene el tiempo de las reescrituras, de pulir los detalles, de trabajar los textos más a fondo. Esa es la etapa que más disfruto, y también la más laboriosa. Más allá de esto, paso por períodos en los que escribo más o menos. Cuando veo que el período de ausencia de escritura se extiende demasiado, repito lo del mes y los días obligados, o empiezo un Diario, que me sirve para retomar la gimnasia de escribir, aunque escriba banalidades. El simple hecho de regresar al hábito de sentarme frente a la computadora y dedicar un tiempo a la escritura, hace que, antes o después, me encuentre trabajando en un cuento, un poema, un texto corto o lo que fuera. Eso termina haciendo que los períodos de inactividad (que no los padezco, sino que los creo necesarios) no se extiendan demasiado.

Por otra parte, cuando trabajo en un libro con la conciencia de estar haciéndolo —y esto supongo que le ocurre a la mayoría de los que escriben— mi mente prioriza eso y me encuentro en un estado como embebido de libro. Casi todo lo demás pierde interés, lo cuál me resulta lógico, ya que a fin de cuentas no lo tiene. Pero eso pasa cada tanto. Lo cierto es que es mucho más el tiempo de trabajo que el de vivir emebebido.

Multiversos: ¿Cómo es tu relación con los tiempos muertos del día?

Nicolás Pezal: Depende. A veces los aprovecho, otras me aburro, otras descanso.

Multiversos: El fanzine está conformado por 9 viñetas. ¿Se trata del adelanto de una obra más grande? ¿Pensás continuarlo?

Nicolás Pezal: En principio es más una continuación que un adelanto. Tengo un poemario inédito, o inédito en su mayor parte, ya que algunos de los poemas que lo componen fueron seleccionados en el primer concurso de poesía de la Universidad Nacional de las Artes y publicados por la editorial Salta el pez en un libro titulado “Amenaza de tormenta”. Los textos de “Las noches” comparten cierta familiaridad con aquellos poemas: tienen un tono similar, continúo trabajando la prosa poética, el sujeto poético tiene una visión del mundo parecida, en fin: creo incluso que podrían publicarse de manera conjunta. Aunque para eso debería escribir algunos más, ya que estoy de acuerdo en que “Las noches” es corto.

La publicación del fanzine surgió de una necesidad de que esos textos circularan. Yo lo llamo “fanzine” porque es un término más conocido y no tan pretencioso, aunque lo cierto es que es una “plaquette”, ya que su contenido es estrictamente literario y mi idea es que circule entre escritores y personas afines al campo literario. Pero, volviendo a tu pregunta: no fue pensado como un adelanto, aunque es probable que termine siéndolo.

Multiversos: Los textos que conforman el fanzine La noche mezclan la viñeta, la descripción, pero sobre todo están atravesados por las formas lógicas del ensayo. Por fórmulas del tipo: “si se quiere”, “El río, claro, pero también…” ¿Qué podrías decirnos al respecto? ¿Qué importancia le das a la viñeta, a la forma?

Nicolás Pezal: A la forma le doy toda la importancia que se merece, que para mi es mucha; la mayoría de los escritores que más me gustan, son muy cuidadosos de la forma. Por lo demás, creo que ya se ha dicho bastante acerca de la mixtura de géneros propia de nuestra época, así que no creo que pueda agregar demasiado. Lo que tengo siempre presente, como algo irrenunciable, es que ya sea que esté escribiendo un poema en verso, una prosa poética, un cuento o un texto corto que por momentos circunda el ensayo, tal cual vos señalás, lo que yo intento hacer es literatura, signifique lo que esto signifique.

Multiversos: En tus obras, siempre, en lugar del planteo de una biblioteca, lo que hay es el planteo una de una videoteca. ¿Qué relación tenés vos con el cine y cómo influye en tu obra?

Nicolás Pezal: El cine me gusta muchísimo, lo disfruto. Hace unos años hice un curso en el que pude comprender algunos aspectos de su lenguaje. Los conceptos de historia y relato, por ejemplo, los aprendí antes en relación al cine que a la literatura. Sin dudas que el cine y la escritura de narrativa están cerca; probablemente en el caso de la poesía la distancia sea mayor. Aunque una buena dirección de fotografía o puesta en escena, o el trabajo con la luz, pienso que tienen bastante de poético.

Cómo influye en mi obra, sinceramente, no lo sé. Más allá de las alusiones, que en “Las noches” están presentes, supongo que influye de la misma manera que lo hacen mis gustos, mi manera de ver el mundo, mi relación con los demás. Quiero decir: todo eso, en cierta forma, se ve plasmado en lo que escribo. O al menos eso es lo que intento.

Multiversos: ¿En qué otras cosas estás trabajando con respecto a la escritura?

Nicolás Pezal: Tengo algunos cuentos terminados y otros tantos por terminar, lo mismo me pasa con algunos poemas. Aunque por el momento no estoy trabajando con una idea de libro en mente. Eso quizá llegue más adelante, si me encuentro con una cantidad de textos que dialoguen entre sí y que agrupados generen sentido. Pero eso por ahora no está sucediendo. También escribo, con regularidad, un diario.

Multiversos: En una respuesta anterior también mencionaste la escritura de un diario como práctica, o si se quiere, como entrenamiento. Yo también escribo diarios como entrenamiento desde hace más de 20 años. En mi caso, anoto sueños, o cosas que me pasan, o peor aún, cosas que quizá pienso que me pasan. Entonces te quería preguntar: ¿qué escribís vos en los tuyos?

Nicolás Pezal: El diario para mi es muy importante y me sirve desde distintos lugares. Además de que funciona como una esponja: absorbe todo lo que le tires. Es ese sentido, es un espacio de libertad. ¿Qué escribo? Desde sueños, acontecimientos cotidianos, experiencias más o menos importantes, hasta frases que pueden llegar a ser versos o párrafos que luego, reescritura mediante, pueden convertirse en el principio de un cuento. También lo uso en su modalidad más clásica, como espacio confesional. Y, además, como “laboratorio” personal.

La escritura —y no me refiero a la escritura de literatura, sino al simple hecho de expresar con palabras— es sanadora. Esto no es ninguna novedad, incluso hay métodos del psicoanálisis que se basan en escribir. Pero, sin ir tan lejos, poner en palabras un dolor, una frustración o lo que fuera, muchas veces sirve para comprenderla mejor. Y comprenderla permite reflexionar, lo cual puede llevar a modificar o reafirmar una actitud, desanudar una creencia, evaluar tal o cual forma de actuar. Hay una idea que leí en más de un escritor (en este momento recuerdo sólo a Mauricio Kartun, y no estoy seguro de si Faulkner también lo dijo, pero sí que dos o tres más la plantearon) con la que estoy de acuerdo, y es la siguiente: que los que dedicamos parte de nuestra vida a escribir, en muchos casos lo hacemos para entender algo, lo que fuera, y que esa comprensión ocurre mientras estamos escribiendo. Es decir, que en la escritura se desarrolla y consolida una idea, y no al revés. Hay una inversión ahí de la relación pensamiento-lenguaje que me interesa e interpela. Pero bueno, creo que me fui un poco por las ramas… lo cual también hago en mis diarios.

Multiversos: ¿Algo que no te hayamos preguntado y quieras comentar?

Nicolás Pezal: No.

Multiversos: Bien. Muchas gracias por esta entrevista.

 

Sobre el autor:

NICOLAS PEZAL (Buenos Aires, Agosto de 1987). Estudia la carrera de Artes de la escritura en la UNA. Su cuento “Ganarás el pan” resultó entre los seleccionados en un concurso organizado dentro de la UNA y formó parte de la antología Los bordes de la biología (Evaristo, 2018). Poemas suyos fueron seleccionados en otro concurso dentro del ámbito de la universidad y forman parte de la antología Amenaza de tormenta (Salta el Pez, 2020). Pubicó cuentos y poemas en revistas digitales. Tiene un poemario todavía inédito. En 2021 editó la plaquette Las noches (Ediciones Uróboros, 2021).

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