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Entrevista a Aníbal Malaparte: “Elegí Aníbal en honor a un general cartaginés”

Publicamos aquí la entrevista que le hicimos a Aníbal Malaparte (poeta mexicano), y que salió publicada en la revista impresa Multiversos Nº01 (página 53). Por cuestiones de espacio, en la revista de papel, las entrevistas a veces salen editadas, pero aquí la reproducimos entera.

Multiversos: Ante todo: ¿Estás usando un seudónimo o esos son tu nombre y apellido? ¿Hay una historia detrás de tu nombre?

Aníbal Malaparte: Afirmaba Jean-Paul Sartre que al final somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros y si algo he aprendido como historiador es que todos tenemos múltiples raíces entre las cuales podemos elegir. En ese sentido ¿Qué hacer con el nombre que se me fue impuesto al nacer por personas a las cuales nunca guarde nada parecido ya no hablemos de amor sino siquiera de respeto? Realmente nunca me sentí identificado con él, ni siquiera cuando era pequeño, es un nombre que revela una herencia de la inconsistente malicia de quien no termina de comprender que no es ni la mitad de inteligente de lo que cree, es un nombre sujeto a una herencia de fanatismo religioso. Rechazar ese nombre para mí fue importante porque me permitió afirmarme como mi propia persona con mi propio proyecto, hay muchas cosas que no pude decidir al nacer, ni mi posición en la lucha de clases ni mi momento histórico, pero abrazar el odio que siento por mis raíces es algo que si puedo hacer. Elegí Aníbal en honor a un general cartaginés que luchó contra Roma. Cuando era pequeño (hablo de cuarto de primaria, a mis 9 años) encontré un viejo ejemplar de las Décadas de Tito Livio y quedé absolutamente fascinado con el hombre que cruzó los Alpes con elefantes y desafió probabilidades imposibles en una serie de batallas cuyo genio táctico aún se estudia en académicas militares… obviamente Aníbal perdió y el Mediterráneo se convirtió en el patio de recreo de los romanos, todo hay que decirlo, pero ¿acaso eso hace menos su valor y su inteligencia? Por supuesto no es el único nombre que me habría gustado tener, a la misma edad leí por ejemplo 20 mil leguas de viaje submarino y obviamente me habría encantado llamarme como aquel despiadado capitán, lo mismo sucedió al leer ABChe de Rius (que me llevó a conseguir lo más pronto posible una biografía seria del guerrillero latinoamericano). ¿A dónde quiero llegar con todo esto? Que la necesidad de tomar un nombre con el cual puedo sentirme realmente identificado es una pulsión que nació desde mis primeros años. Pero ¿Cuándo y cómo decidí convertirme en Aníbal? Es decir, todos tenemos ciertos impulsos que no solemos seguir, que decidimos no seguir hasta que no tenemos otra opción. En mi caso llegué a un punto en el cual a lo largo de mi vieja vida había acumulado una cantidad de decepciones y fracasos que ya no podía simplemente ignorar, la cantidad de sacrificios que hice en su momento eran demasiados, ante esto ¿rendirme como un cobarde, un débil de voluntad? ¿O doblar la apuesta porque rendirme significa que todos los sacrificios que hice fueron por nada? Para mí, como proletario, como parte de la clase social llamada a vengar la Historia todo siempre ha sido victoria o muerte, pero… mi viejo yo estaba demasiado cansado y roto para continuar, entonces usando sus ruinas y fragmentos afilados me construí a mí mismo para poder continuar con este mi segundo round en mi duelo a muerte contra un destino impuesto.

Multiversos: Nos gustaría saber más del pueblo en el que vivís, Xalapa. ¿Qué podés contarnos? ¿Cómo lo describirías? ¿Cómo está la movida literaria ahí?

Aníbal Malaparte: Llegué a estudiar a Xalapa en mi adolescencia, durante el sexenio de Felipe Calderón, mi padre me envió ya que durante su guerra contra el narco nuestro pueblo natal se había convertido en campo de batalla entre el cartel del golfo, los zetas, el ejército y la policía federal y no pocos jóvenes terminaron seducidos por los narcocorridos que les prometían dinero, poder y mujeres, incluso jóvenes como yo que de todas formas no se habrían interesado en ese canto de sirena de los buchones que acudían a poner música de banda y corridos afuera de nuestras escuelas mientras ofrecían “trabajo” y dosis baratas estábamos en un gran peligro por estar en medio de una zona de guerra. Terminé en Xalapa y para mí fue otro mundo, en mi pueblo natal era el único joven lector, el único visitante de la biblioteca local, el único que escuchaba rock, trova o música clásica, el único que leía y escribía poesía (una muy mala, por cierto). En fin, creo se entiende mi punto, estaba aislado y en Xalapa encontré tertulias de poesía, librerías, bibliotecas, cafeterías con enfoques literarios, festivales de jazz, convenciones de manga y animé, conciertos punks y góticos… se abrió todo un nuevo mundo para mi sobre el cual solo había leído. Es una de las varias facetas de la ciudad a la cual me integré, a la conocida como Xalapunk. También es en Xalapa donde comencé a participar en movimientos políticos, desde pequeño había devorado literatura revolucionaria (si soy enteramente sincero en esos años era muy arrogante por los libros leídos, estaba hinchado en insano orgullo por haber leído El manifiesto comunista o El diario del Che en Bolivia) pero leer sobre asistir a una asamblea o una marcha son completamente diferentes a vivirlo por primera vez. Recuerdo asistir a diversas charlas de variadas organizaciones que participaban en La Otra Campaña (un esfuerzo político del EZLN para recuperar su cada vez más menguante popularidad) donde conocí numerosas opciones políticas y participé en no pocos debates ideológicos, me integré en todas las iniciativas locales (y por supuesto que enredándome en una larga serie de mentiras a los adultos responsables de mi en iniciativas nacionales) e incluso participé en brigadas y recorridos a otros estados del país. Esto me hizo estar en contacto con varias organizaciones de la izquierda revolucionaria y aprender (así sea de forma superficial en aquellos años) las diversas posturas ante diversos problemas surgidas del capitalismo, el patriarcado o el colonialismo. Con los años fui profundizando y eligiendo cuidadosamente mis trincheras y batallas, especialmente con quienes compartirlas o con quienes no, aprendí por las malas varias lecciones a partir de traiciones por la espalda, cooptaciones o deserciones, me volqué en el estudio de la filosofía y la historia para comprender lo que estaba sucediendo, lo que había pasado antes, lo que se repetía, lo que no se repetía, pero se parecía, lo que no se repetía, pero rimaba. En Xalapa estudié las licenciaturas en filosofía (que no terminé) e historia y en Xalapa participé en movimientos como la no imposición de Peña Nieto como presidente o la exigencia por la aparición con vida de los 43 normalistas rurales desaparecidos en los cuarteles militares. Todas estas experiencias las he trasladado a mi poesía en diversos momentos de mi vida, tanto en los más intensos como en los más extrovertidos, en realidad mi vida ha sido marcada por mi militancia y mi poesía no es sino reflejo de mi vida.

Multiversos: ¿Cuáles son los autores argentinos que se leen en tu pueblo? ¿Y en México? ¿Y cuáles son los que a vos te gustan?

Aníbal Malaparte: No creo exista alguna encuesta nacional para descubrir al autor argentino más leído en mi ciudad y mi país, pero por mi experiencia empírica puedo destacar algunas de mis impresiones. Xalapunk de mis amores nihilistas por encima de todo es una ciudad universitaria, considero que por la alta cantidad de mujeres cursando estudios universitarios es casi inevitable que lleguen a una de mis favoritas: Alejandra Pizarnik. Lo cual tiene sentido cuando lo piensas ¿Quién sino la hija del viento podría convertirse en la ausente reina de la poesía xalapeña? Ciertamente su influencia es tremenda en la ciudad, no hay tertulia donde alguien (especialmente una mujer) la lea o no encuentre algún verso suyo garabateado o pegado en algún cartel en lo que Rodolfo Walsh llamaba la imprenta de los pueblos. ¿En todo el país? Considero dos destacan por encima de los demás, aunque creo que la respuesta que te daré no es particularmente interesante. Considero que son Julio Cortázar y Jorge Luis Borges en un cruel empate por el primer lugar. Viendo el tremendo talento que tienen ambos autores creo que esta impresión está lejos de ser una sorpresa y solo una breve confirmación de algo que de alguna forma ya se esperaba ¿a quién prefiero de los dos? Dejando de lado la ideología prefiero a Borges, es simplemente exquisito. Un autor que considero no es muy leído es Robert Arlt lo cual considero una desgracia particularmente irrespetuosa. Alfonsina Storni tiene la misma maldición de solo ser conocida en círculos de lectura feministas y no por los lectores del país en su conjunto me parece una insolencia cuyo pecado se encuentra en la pereza intelectual. Pero mi autor argentino favorito es Ernesto Sábato. Leer en una misma semana tanto El túnel como Sobre héroes y tumbas es probablemente uno de los momentos más importantes para mí como lector, aunque estoy seguro que de conocer a Sábato en persona sería una profunda decepción para mi ¡qué bueno que esté muerto en todo caso! Con el tiempo sus corrompidas virtudes serán olvidadas y de su existencia recordaremos solo lo que hizo en sus mejores momentos y no la traición que hizo contra sí mismo al desertar del marxismo o apoyar la teoría de los dos demonios. No me preguntaste que autores argentinos detesto jaja, encabezando la lista de mi desprecio se encuentra Néstor Kohan y toda su carrera tergiversando el pensamiento de Gramsci.

Multiversos: ¿Cómo elegís un libro que vas a leer?

Aníbal Malaparte: Voy a la librería de uso y me pongo a revisar contraportadas, si me parece interesante lo compro. Si me atrapa busco más sobre el trabajo del autor o autora. También leo recomendaciones, aunque debido a que nunca terminamos de comprender a los demás (incluso a las personas más cercanas a nosotros) creo que solo hay dos opciones cuando leo lo que me recomiendan: o un gran desconcierto sobre porque encuentran atractiva cierta literatura o un placer mezclado con temor sobre lo muy bien que me conocen.

Multiversos: ¿Qué libro causó en vos el efecto que te gustaría provocar en los que te leen?

Aníbal Malaparte: La nube en pantalones de Vladimir Maiakovski. Recuerdo ese día como si fuese ayer, ese libro cambió mi vida cuando lo leí en mi último año de preparatoria, lo compré en una tienda de uso después de una tarde particularmente larga y cansada de entrenamiento mientras me dirigía la pensión donde vivía, lo dejé sobre la mesa, cené leche con pechuga, hice mi tarea escolar mientras veía Code Geass, me acosté para leer y abrí ese libro casi destruido por lo viejo que era… el efecto que provocó en mi leer esos futuristas versos fue tremendo, lo releí varias veces esa noche y al día siguiente no fui a la escuela por lo desvelado que me encontraba.

Multiversos: ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?

Aníbal Malaparte: He regalado decenas de libros, creo que entregar un libro es un acto íntimo porque entregas una parte de ti que ese mismo libro robó, a diversas personas he regalado libros de una amplia gama de autores y autoras por una misma variedad de razones. Si bien no estoy seguro de a quien colocar en primer lugar diré que tras un ejercicio de memoria al repetir autores y patrones creo (creo) que he regalado en más de una ocasión Aullido y otros poemas de Allen Ginsberg, Un libro rojo para Lenin de Roque Dalton, El Estado y la revolución de Lenin, Presentación al templo de Rosario Castellanos, Tokio Blues de Haruki Murakami, La conspiración de Paul Nizan, Demian de Herman Hesse, Breve Baedeker lunar de Mina Loy, Así se templó el acero de Nikolái Ostrovski, El manifiesto comunista de Marx y Engels y Canto Villano de Blanca Varela.

Multiversos: ¿Un libro que hayas prestado y no te devolvieron?

Aníbal Malaparte: He perdido la cuenta, pero aun lamento prestar y no recuperar Clara Zetkin: escritos selectos de… bueno, el titulo lo dice todo, Historia universal de la infamia y Ficciones de Borges, lo mismo con una copia a la cual tuve particular aprecio de Los detectives salvajes de Roberto Bolaño, Repetir Lenin y Viviendo en el final de los tiempos de Slavoj Zizek, La lógica de los mundos de Alain Badiou, El marxismo y los problemas de la lingüística de Iósif Stalin, Línea de fuego de Gioconda Belli, Tesis sobre la historia de Walter Benjamin, mi colección de Los invisibles de Grant Morrison, Estética y marxismo de Adolfo Sánchez Vázquez, Una autobiografía de Assata Shakur, La huella de la mariposa de Mahmud Darwish, Goodbye Eri de Tatsuki Fujimoto, Frankenstein de Mary Shelley, El lobo estepario de Herman Hesse, los 38 tomos Ranma ½ de Rumiko Takahashi, mi colección de historias de Axterix el galo de René Goscinny, Los muros de agua de José Revueltas, los cinco libros que actualmente conforman la saga de Canción de hielo y fuego de George RR Martin, Concierto Animal de Blanca Varela y Guárdame el tiempo de Carilda Oliver.

Multiversos: ¿Cómo es tu relación con la lectura y la escritura? O dicho de otra manera: ¿Cuáles son los lugares y momentos en los que leés? ¿Y qué podés decirnos sobre los lugares y momentos en que escribís?

Aníbal Malaparte: Leo en el transporte público, en mis descansos laborales, mientras desayuno, como y ceno y por supuesto antes de dormir, leo de todo, hoy por ejemplo he estado leyendo a Georg Lukacs, fanfictión de Chainsaw-man y versos tanto de Isabel Quiñones como de Carmen Conde. Para escribir, por otra parte, tengo tres procesos: el primero es metódico, el segundo inspiracional y el tercero obsesivo. Me tomo mi tiempo para escribir, planifico aquello que quiero escribir y luego trabajo al respecto, suelen ser poemas del tipo realistas o los narrativos, por ejemplo: “La chisma” de Conversaciones de odio. Están mis poemas inspiracionales donde más que contar historias comparto sentimientos, instantes de violentas introspecciones, un momento de claridad (Kenshō dirían los zen) sobre mí mismo que comparto con los demás, por ejemplo: “Analfabetismo” de Delirios nihilistas. Mis poemas obsesivos son cuando me aborda la maníaca necesidad de escribir, nunca son poemas breves ni medianos, en realidad son mis más largos poemas, “Aura” o “Las actas de la asamblea de los fantasmas”, son mis mejores trabajos, pero también los que más me desangran, me lleva días enteros escribirlos, semanas donde dedico todo mi tiempo libre a ellos, sin darme nada a mí mismo, sacrificando todo ante el altar de esos poemas, es horriblemente entretenido. Mientras que los primeros dos tipos de poemas puedo escribirlos en cualquier parte donde tenga una laptop o una libreta (y puedo escribir literalmente en cualquier lugar) pero al escribir el tercer tipo de poema solo puedo hacerlos en la sala de mi casa, en total aislamiento, intoxicado y enfocado solo en el poema.

Multiversos: ¿En qué proyectos de escritura estás trabajando en este momento?

Aníbal Malaparte: Tengo dos poemarios completos para los cuales solo tengo que reunir dinero para poder publicarlos, el primero es un libro-collage sobre los 10 años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, sobre lo que representaron para una generación entera de jóvenes que salieron a la calle a marchar. El otro es una serie de poemas donde juego con mis traumas. Tengo proyectos para una recopilación de cuentos y para una novela, sin mencionar una gran cantidad de poemas desperdigados que no considero parte de un poemario en particular. Por supuesto que me gustaría aprender a hacer libretos de cine.

Multiversos: En tus poemas el yo poético te sale bastante revolucionario ¿Qué relación guarda tu vida con la política? ¿Y con el karate? ¿Y el karate con tu literatura?

Aníbal Malaparte: Parte de mi familia paterna fue parte de varias luchas sociales y pagó un cruel precio por atreverse a desafiar al Estado, si bien los miembros restantes nunca intentaron involucrarme (¡he incluso, años después intentaron desalentarme de seguir este camino!) sus libros (especialmente los libros de la biblioteca personal de mi padre) estaban ahí para mí y nunca me negaron su conocimiento, tras mis experiencias de media vida militando donde he participado en combates físicos e ideológicos con una amplia gama de elementos contrarevolucionarios como fascistas o anarquistas e incluso arrestado ilegalmente por la policía, torturado y sufrido un simulacro de ejecución… bueno, mi vida no ha sido particularmente larga pero como cualquier otra persona soy el resultado de mis experiencias y mis experiencias son mi participación en la lucha de clases, obvio de una forma u otra se vería reflejada en mi poesía. En realidad, hasta hace poco no tenía interés alguno en ser escritor profesional, siempre participé en tertulias y círculos de poesía, pero nunca tuve expectativas en la idea de ser escribir y vender libros, fue el aburrimiento de la cuarentena y el encierro lo que me llevó a publicar mi primer poemario. Y disculpa la confusión, pero no practico karate sino tae kwon do y judo. El tae kwon do es algo que hago desde mi adolescencia mientras que el judo es algo que descubrí en la universidad y decidí continuar porque me gustó bastante. Me gustan las artes marciales porque me gusta pelear, encuentro placer en la violencia, así como veo que es uno de mis talentos. Disfruto las artes marciales porque me enfrentan a mí mismo, me obligan a superar mis debilidades, me otorgan autodisciplina y claridad mental. Tomando en cuenta esto no es ninguna sorpresa que en algunas ocasiones en las que fue necesario disfruté poner en su lugar a alguna chusma anticomunista… y ya que estamos en ello, si como militante me he enfrentado en la calle a los reaccionarios ¿Por qué no hacerlo también en mis versos?

Multiversos: Ahora vienen una serie de preguntas generales, que esperamos, sirvan para que tus lectores conozcan más cosas de vos. Preguntas aleatorias como por ejemplo: ¿Cómo es tu relación con los tiempos muertos del día?

Aníbal Malaparte: Depende, a veces solo tirarme a leer y escuchar música, a veces los uso para entrenar o meditar, cocinar o emborracharme, usualmente simplemente acosar a mi gato y obligarlo a tomar una siesta conmigo.

Multiversos: ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás? ¿Cómo llegó a vos?

Aníbal Malaparte: Un oso de peluche con el cual dormía cuando era bebé, un regalo de mi madre con quien hasta hace poco he hecho intentos serios de reconciliarme, si bien siempre destaqué en la academia como era su deseo no fui un hijo fácil ni mucho menos dócil, pero ahora puedo visitarle para tomar matcha y platicar sin que termine en reproches mutuos.

Multiversos: ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?

Aníbal Malaparte: Lo mejor fue compañía en mi solitaria infancia, lo peor fue descubrir lo limitado de mi saber, ¡y saber que muy pocos son conscientes de su escaso conocimiento!

Multiversos: ¿Si tuvieras qué elegir un álbum de música para representar cómo suena la música funcional de tu cabeza, cuál sería?

Aníbal Malaparte: ¡Demasiados! Nevermind de Nirvana, Adore de los Smashings Pumpkins, Ten de Pearl Jam, Unknown Pleasures de Joy División, Dessintegration de The Cure, In the Flat Field de Bauhaus, Wasting Light de los Foo Fighters, El nervio del volcan de Caifanes, The best of Play Bach de Jacques Loussier, Al final de este viaje de Silvio Rodríguez, Y mi voz quema dura de Maru Enríquez, The Rapture de Siouxsie and the Banshees, Beggars Banquet de los Rollings Stones, Llanto de libertad de Anabantha, Chopin de Khatia Buniatishvili, Memoria de Leon Chávez Teixeiro, Daydream nation de Sonic Youth, Horses de Patti Smith Group, Voces interiores de Real de catorce, The Velvet Underground de The Velvet Underground, Nico, Material defectuoso de Extremoduro, I Got Dem Ol Kozmic Blues Again Mama! De Janis Joplin, Mismo sitio, distinto lugar de Vetusta Morla, el Unplugged de Santa Sabina, Cello Concerto Nº1 de Han-Na Chang, Clics Modernos de Charlie García, Artaud de Pescado Rabioso, Second de Midori, Chet Baker Sings de… bueno, el nombre lo dice todo, Bird & Pres de Charlie Parker, Verde, blanco y colorado de Guillermo Briseño, Mendelssohn Shostakovich Concertos de Hilary Hahn… Si sigo así podría continuar durante horas, ¡y eso que la pregunta solo habla de álbumes!

Multiversos: ¿Dónde, cuándo, y haciendo qué cosa viste un color que resultó ser el más hermoso que viste en toda tu vida?

Aníbal Malaparte: No puedo contestarte esto sin confesar un delito, jajaja. Pero puedo contar uno de mis mejores momentos y fue cuando me puse a meditar por horas y horas en la cima del Nevado de Toluca, abrir mis ojos después de charlar en la nada vacía con el Señor de la miseria y darme cuenta que yo soy yo… ver el azul de ese lago fue un momento de extraordinario placer en mi eterna derrota.

Multiversos: ¿Con qué escritor o escritora que ya no habita este mundo desearías tomar un taller literario o tener una conversación por varias horas?

Aníbal Malaparte: José Revueltas, Vladimir Maiakovski, Winétt de Rokha, Thelma Nava, Amiri Barakka y Alejandra Pizarnik. Por supuesto importan los escenarios, los cuales muchas veces importan tanto como los personajes. En nuestro mundo el Sindicato Emancipador Revolucionario de Obreros de San Bruno fue desmantelado por el ejército que a punta de bayoneta obligó a los sindicalistas a afiliarse al PNR, si pudiese tomar un taller con José Revueltas me gustaría hacerlo en 1930, tomando aguardiente con café afuera de la fábrica de San Bruno mientras leemos El Machete y entrenamos a la milicia obrera para enfrentarse a los cristeros locales. En nuestro mundo (entre otros motivos) gracias a la traición de la FAI-CNT y el POUM la España antifascista fue derrotada, pero dirigido por Vladimir Maiakovski me gustaría aprender de el en 1937 después de que encuadrados juntos en las Brigadas Internacionales aplastamos a los fascistas españolas en la batalla de Jarama de forma tan completa que estos falsos aliados pospongan sus planes de traición el tiempo suficiente para ganar la guerra, por supuesto en el taller habría una cantidad importante de vino y ginebra. Con Winétt de Rokha me gustaría tomar su taller en 1948, en Argentina, entre tangos y legui, en un mundo donde el Partido Comunista supera en maniobras al Partido Radical y donde nos enteramos que no solo la ley maldita no solo no pudo ser aprobada ni publicada, sino que la crisis llevó a la destitución de Gonzales Videla. En esta realidad Thelma Nava fue una de las impulsoras de la solidaridad mexicana con las guerras revolucionarias centroamericanas (principalmente Nicaragua) pero si he de tomar un taller con ella sería en un México diferente, uno donde la operación Asalto al Cielo fue el inicio de una guerra civil revolucionaria, tomaría el taller con ella en 1977 en una humeante ciudad de México mientras tomamos mezcal oaxaqueño y descansamos entre combates. Amiri Barakka murió sin ver a Amerikkka arder hasta sus cimientos, lo cual es una lástima… bueno, me gustaría tomar un taller mientras estamos limpiando Nueva York de los últimos nidos de los restos de las tropas estadounidenses mientras como ruido de fondo se escuchan las descargas cerradas de fusilamientos y el trabajo de las excavadoras. Sería un taller increíble, entre jazz y ruinas humeantes. Y Alejandra Pizarnik… Alejandra de mis amores sociópatas, no sé si pueda tomar un taller de ella o ella tenga interés en dar un taller, pero si no es mucho pedir quisiera que juntos prendiésemos fuego al museo, charlamos y bebemos vino mientras esperamos que la policía venga a asesinarnos.

Multiversos: ¿Hay algo que no te hayamos preguntado y de lo que quieras hablar o comentar? Hacete una pregunta y respondete vos mismo:

Aníbal Malaparte: Me preguntaría a mí mismo si todos los sacrificios que he hecho en nombre de la causa valieron la pena… y sigo sin saberlo, a mis treintas tengo un trabajo mal pagado, traumas mentales y mi cuerpo es una colección de heridas mal curadas, he perdido amores y oportunidades, he quemado demasiados puentes, no sé si valieron la pena pero en este y en todos los otros mundos aun sacrificaría todo por aquello en lo cual creo así que probablemente no tenga otra opción porque nací con la descarnada ambición de la vanguardia proletaria y si no pertenezco a ella entonces no pertenezco a nada.

 

SOBRE EL AUTOR:

ANIBAL MALAPARTE nació el 1 de mayo de 1992 en México. Es Licenciado en Historia por la Universidad Veracruzana, titulado con la tesis “Banderas de fuego, pechos de luz. Voluntarios mexicanos antifascistas en la Guerra Civil Española”. Autor de los siguientes poemarios: Escribe poesía: construye bombas caseras, Conversaciones de odio, Delirios nihilistas y La asamblea de los fantasmas. Fundador de diversas tertulias literarias tales como “Adictxs a la Poesía”, “Vérsame Mucho”, “Conspiración Poética”, entre otras. Ha participado también en diversos encuentros literarios nacionales e internacionales: “Encuentro Babel”, “Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo”, la “Fiesta Itinerante del Libro Alternativo” y el “Festival Internacional Arte Ahora”.

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