Obras derivadas
Buscabas latir en algo
no sabías bien en qué.
Algo indecible decías,
buscabas tu opuesto
tu medio, tu entero
tu sí y tu no.
Querías decir algo
que la voz de un hombre
no pudiera repetir.
Yo te leía
vos me leías a mí.
No me sentía tu opuesto
tu complementario no.
Yo quería ser lo que vos buscabas
pero no tu contrario: no tu no.
Infinitas posibilidades
y nos habíamos encontrado:
¿Cómo ser yin y yang,
luz y oscuridad?
Yo te leía
vos me leías a mí.
Caminabas detrás mío
apagabas las luces que yo prendía
en un pasillo largo sin fin.
¿Éramos paralelas
que en el infinito se tocan
una sola vez? ¿Éramos algo?
No sabía bien qué.
Habíamos caído en un vasto universo
y lo que yo necesitaba y vos sabías
no me lo querías contar.
Buscabas alguien que dijera tu nombre
de una forma que sólo vos podías entender.
Pero yo te había leído
tus palabras se impregnaron en mí.
Quedamos ligados de una forma
harto más sutil:
Obras derivadas de una onda viajera
cuya equis sos vos.
Yo surfeo la función que nos lleva
en un mismo haz de luz.
A cada valor tuyo yo tengo un valor:
sos la variable que da valor a mi pendiente
acaricio cada punto donde te roza mi tangente.
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